
Escapadas cerca de casa: Un día en Colliure.
Hacía unas semanas que teníamos ganas de organizar una visita al precioso pueblo de Colliure (Collioure en francés). Pere ya había estado antes, pero nos hacía especial ilusión ir juntos. El domingo pasado por fin, aprovechando que hacía un día envidiable, decidimos que era nuestra oportunidad.

Colliure es un pueblo pescador del sur de Francia, en la Côte Vermeille, que se sitúa en la comarca del Rosellón. Está a menos 30 km de Portbou, el último pueblo costero de Cataluña, así que creemos que es un destino ideal para hacer una escapada de un día o, si se puede, de fin de semana, ya que hay mucha oferta hotelera. Nosotros desde casa tardamos 2 h en llegar, lo que nos parece poco tiempo, ya que es lo mismo que tardamos más o menos, cuando vamos a pasar el día en Cadaqués. La verdad es que, aunque sea más lejos, se hace mucho más fácil llegar hasta Colliure, debido a que casi todo el tramo es de autopista y no se deben hacer carreteras de curvas.
Un consejo, sobre todo de cara a la época en que vaya: en temporada alta, vale la pena madrugar un poco y llegar temprano. La tarea de encontrar aparcamiento si no, puede volverse una odisea … Nosotros llegamos al destino a las doce menos cuarto, más o menos, y al ser un domingo de mayo soleado, vimos que ya había bastante gente. Por suerte, nos quedamos en uno de los primeros aparcamientos (de pago) que hay nada más entrar y coincidimos con un coche que se iba en ese momento, pero muchos otros visitantes no tuvieron esta suerte y seguro que les tocó hacer más vueltas.

Enseguida nos plantamos en el puerto y paseamos hasta el final de la playa de Port d’Avall, a la cual parece que no llega tanta gente, ya que acostumbran a tirar hacia el otro lado, dirección al faro. Visitamos el cementerio para ver la tumba de Antonio Machado, dónde murió el escritor republicano, exiliado durante el franquismo. Es curioso de ver porqué alguns visitantes le dejan recuerdos y dedicatorias.







Después nos dirigimos al Castillo y paramos a comer a un lugar que nos hizo mucha ilusión encontrar aquí: ¡La Crêperie Bretonne! En Barcelona hay una igual a la cual vamos bastante, puesto que los creps que hacen son las tradicionales galettes de la Britania francesa (y nos encantan). Seguramente no es la más gourmet y elegante, pero nos parece una muy buena opción para comer rico, rápido y a bien de precio.





El resto de la tarde lo pasamos paseando por las callejuelas del Moré, el barrio pescador, viendo los puestecitos y tiendas de artesanía y las galerías de arte, que el pueblo está repleto de ellas. Nos sentamos un rato a la playa de al lado de la Iglesia de Notre Dame des Anges, icono del pueblo, viendo como más de un valiente se bañaba ya como si fuese verano. Llegamos también a la capilla de San Vicente, dónde se llega a través de una estrecha pasarela de donde casi nos caemos del viento que hacía. Desde allí fuimos al faro, antes de deshacer el camino i volvernos a perder por las coloridas calles del pueblo.
La verdad es que fue una estadía corta, de unas cinco horas, pero nos dio tiempo suficiente para ver lo que creíamos indispensable. Colliure es una joya que me robó el corazón desde el primer momento en que vi la tradicional vista típica de postal, a pies del Castillo. creo que es un punto de parada obligatorio y que es un buen sitio para visitar si se hace un recorrido por el sud de Francia. Y como ya he mencionado, también me parece que es un buen destino para ir solo un día, como lo hicimos nosotros. Estoy segura que volveremos, es un sitio de esos que dejan huella y teniéndolo (entre comillas) cerca de casa, es demasiado tentador no hacer una visita de vez en cuando.

Un paseo por la ciudad de York.

Mini ruta por Midi-Pyrénées.
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