
Qué ver en Oporto en dos días.
¡Buenos días!
Hoy volvemos a hablar de Oporto, pero en este caso, os traemos el itinerario o la explicación de lo que vimos durante nuestra estancia en la ciudad. Nosotros pasamos un fin de semana, pero realmente llegamos el viernes por la noche, por lo que sólo pudimos ver Porto en 2 días.
Día 1
Tras prepararnos salimos a la búsqueda de algún lugar para tomar el desayuno y acabamos en un local que encontramos en la misma calle del apartamento: Café Asa de Mosca. Al entrar nos recordó al típico bar retro de toda la vida, pero nos sorprendió gratamente tanto por la excelente atención del personal, como por el producto, como por el precio. Yo pedí un croissant de mantequilla (que resultó ser el más consistente que he comido nunca, pero muy bueno) y un café con leche. Algunas de mis amigas se pidieron una «tosta saloia«, que parecía ser la especialidad de la casa. Yo pagué 1,70 € y ellas 3,25 €. ¡No he pagado en casa este precio por un desayuno tan bueno en la vida!
Ya con las pilas cargadas, nos dirigimos a la estatua del obispo António Ferreira Gomes, frente a la Torre de los Clérigos, donde comenzaba nuestro free tour de la mano de Sandeman New Europe. Nos gusta empezar con un free tour cuando visitamos una nueva ciudad ya que es una muy buena manera de tener una primera impresión del destino visitado y de conocer su historia más destacable en poco tiempo. En esta ocasión el tour duró poco menos de 3 horas. Borja, nuestro guía, nos llevó a lugares destacados como el Centro Portugués de Fotografía (que era la antigua cárcel), la Iglesia del Carmen y la de las Carmelitas, a ver la Librería Lello por fuera, al Miradouro da Vitória, la Avenida dos Aliados, la Estación Sao Bento y la Plaza de la Catedral de la Sé, donde terminó la ruta.
Torre dos Clérigos. Estación Sao Bento. Iglésia del Carmen y de las Carmelitas. Plaza de la Catedral. Catedral de la Sé. Miradouro da Vitória. Mirador Plaza de la Catedral.
Bajamos hasta el Puente de Luis I y lo cruzamos para llegar a Vila Nova de Gaia, ciudad vecina de Oporto donde se encuentran la mayoría de las bodegas que ofrecen visitas guiadas y catas al público. Fuimos hasta el restaurante que nos recomendó el Borja: Restaurante São Gonçalo. Pedimos la típica francesinha y unos buñuelos de bacalao y luego cada una un plato (15 € por cabeza). Después de comer fuimos a buscar el mural del Half Rabbit hecho a partir de material reciclado por el artista Bordalo II (la dirección es R. Guilherme Gomes Fernandes 42, para poneroslo lo fácil!).
Vistas desde Vila Nova de Gaia. El Duero desde Vila Nova de Gaia. Half Rabbit. Atardecer en Vila Nova de Gaia.
A las 17:30 h fuimos a la Bodega Sandeman, donde habíamos reservado una visita Premium de 40 minutos con posterior cata de 3 tipos de vinos (17 € por persona) en inglés, ya que cuando queríamos reservarla unos días antes no quedaban visitas en castellano a ninguna hora que nos fuera bien. Esta bodega es de las más típicas o por lo menos la que me recomendaba todos, y la verdad es que vale la pena.
Al salir volvimos a cruzar el Puente de Luis I para pasear por la Ribeira, al otro lado del río. Fuimos hasta la Rua das Flores y cenamos por 11,80 € cada una en una pizzeria que encontramos paseando llamado Pizzeria Converso y volvimos hacia el apartamento a pie, que estábamos muertas de tanto caminar todo el día.
Día 2
El domingo nos levantamos pensando en repetir el desayuno del día anterior, pero fue imposible ya que nos encontramos el local cerrado. Al final paramos a desayunar en una cafetería portuguesa-venezolana que encontramos de camino (Pradao Doce: 5 € por cabeza).
El primer punto visitado del día fue la Capilla de Las Almas de Santa Catalina, donde no entramos pero nos pasamos un buen rato haciendo fotos y mirando los dibujos de las baldosas que cubren sus paredes. Después nos dirigimos hacia la Iglesia del Carmen y el Convento de las Carmelitas, que ya habíamos visto la mañana anterior desde fuera durante el free tour. Borja nos contó una curiosidad de estas iglesias, que a primeras parece que sea un mismo edificio (aunque si te fijas, sí ves que los estilos son diferentes), y es que en medio está la casa más estrecha de Portugal . Se ve que las leyes de la época no permitían que dos iglesias se tocaran pared con pared, por lo que al construirlas decidieron separarlas por una casa que no hace más de un metro de ancho.
Capilla de las Almas. Iglésia del Carmen y de las Carmelitas. Iglésia de las Carmelitas.
Luego fuimos hasta la Librería Lello, conocida por tener la fama de ser fuente de inspiración de la escritora JK Rowling. La verdad es que su visita me parece obligadíssima, pero cargaos de paciencia, que creo que siempre está a rebosar de gente. Para verla hay que comprar primero la entrada en el edificio de la izquierda de la librería, que cuesta 5 €. Hay que decir que si compráis un libro, os deduirán coste de la entrada al precio del libro. Nos pasamos un buen rato cotilleando la librería y salimos todas con un libro de recuerdo.
Librería Lello. Librería Lello.
Después visitamos los Jardines de la Cordoaria, en busca de las estatuas de los 13 que ríen. Seguidamente, volvimos a la Rua dos Aliados donde fuimos a ver el McDonalds, que nos habían dicho que era muy bonito de ver ya que de apariencia es como un café histórico, estilo el Café Majestic. Esta visita personalmente creo que os la puedéis ahorrar, no nos pareció tan imprescindible. Comimos pronto unos sandwiches en una cafetería llamada Jeronymo y volvimos al Puente para cruzarlo, esta vez por arriba.
Los 13 que ríen. Vistes des del Pont Luis I.
Reculamos hasta la Catedral de la Sé para verla por dentro. La entrada nos costó 3 €. Esta visita sí me parece importante, ya que no sólo es imponente ver la catedral en sí, sino que las vistas de la ciudad desde la torre superior valen totalmente la pena.
Catedral de la Sé. Claustro. Vistas desde la Catedral. Vistas desde la Catedral.
Al salir volvimos a bajar hasta la orilla del Duero para ver el barrio de la Ribeira, donde paramos un rato para tomar algo en una terraza, disfrutando de los últimos rayos de sol del día. Después de caminar por la Ribeira y volver a pie hasta el apartamento, preparamos las bolsas y reservamos un Uber que nos llevó hasta el aeropuerto para volver a Barcelona.
Puente Luis I desde la Ribeira. Ribeira.
Como veis fue una visita muy condensada con sólo dos días, pero creo que aprovechamos el tiempo muy bien. Me quedo con un recuerdo precioso de la ciudad y con ganas de volver para exprimirla más a fondo. Realmente, volver de Oporto es sinónimo de sentir saudade, que podríamos comparar con la morriña gallega.

¿Os gustó tanto Oporto como a mí? Si no lo conocéis, apuntáoslo a la lista viajera ¡Seguro que no os decepcionará!

Oporto en un fin de semana (guía).

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