
Un paseo por la ciudad de York.
Hará poco más de dos semanas, una amiga y yo volamos hasta Leeds para pasar el fin de semana en casa de otra amiga nuestra que vive allí. Escogimos esas fechas porqué el día 2 de abril fue su cumpleaños y nos pareció buena idea visitarla durante el fin de semana para celebrarlo. La estancia fue breve, ya que llegamos a Inglaterra sobre las siete y media del viernes y volvíamos a Barcelona el domingo a las cinco menos cuarto. Aun así, aprovechamos el tiempo lo máximo. Al bajar del avión, nuestra amiga Ari ya nos estaba esperando para llevarnos a su casa. Tocaba fin de semana de chicas y ponernos al día.
Al día siguiente salimos más bien tarde después de un desayuno riquísimo, y pusimos rumbo hacia York. Ari nos propuso pasar allí el sábado, ya de desde Leeds se tardan solo unos 40 minutos. ¿Como podía negarme, sabiendo lo importante que fue esta ciudad para los vikingos? Al llegar dejamos el coche en un parking de pago situado delante del río y nos dirigimos hacia el casco antiguo de la ciudad.
Cruzamos el río Ouse y lo primero que visitamos fueron los Museum Gardens, un parque dónde se encuentran los restos de St. Mary’s Abbey, una antigua abadía benedictina. Aquí nos pasamos un buen rato haciéndonos fotos, paseando y buscando ardillas. Es un sitio perfecto para hacer un pícnic y, de hecho, mucha gente aprovechó el buen tiempo que hizo para pasar aquí la mañana.







Después de eso, llegamos a York Minister, la catedral más grande de Europa del norte, construida el s. VII. Se puede hacer una visita guiada, pero nosotras solo la vimos por dentro. ¡Es preciosa! Si podéis hacer la visita seguro que vale la pena, pero como mínimo entrad a verla aunque sea un momento.



Al salir fuimos hacia las calles de las tiendas, dirección a la calle Shambles, que si sois frikis de Harry Potter, tenéis que visitar alguna vez en la vida, puesto que es la calle en la que se inspiraron para hacer el “Callejón Diagon” de las películas. ¡Parece mágico de verdad! Estrecho, lleno de tiendas de Harry Potter y de vikingos… nos encantó. Se encuentra aquí también una de las tiendas de HP más importantes: “The Shop That Must Not Be Named”. Entramos en alguna de ellas, pero no compramos nada, que los precios no eran económicos precisamente.







Para comer paramos a un Café Nero de una plaza dónde se hacían espectáculos ambulantes (que vimos desde la ventana). Después de comer y de descansar un raro, seguimos paseando hacia las calles de tiendas más corrientes, visitando las que nos parecían más especiales.



De vuelta al coche paseamos por la antigua muralla de la ciudad, desde dónde se pueden ver unas de las vistas más bonitas del centro. muy recomendable.
No nos fuimos muy tarde porqué por la noche queríamos salir de fiesta y en Inglaterra se sale antes de las 22 h.
La verdad es que fue una visita muy exprés y nos quedaron muchas cosas por ver, pero pasamos un día genial. Reímos hasta el último minuto y guardaré muy buenos recuerdos de esta ciudad, que me enamoró completamente. Tengo muchas ganas de volver pronto y explorarla más a fondo.
Si clicáis aquí podéis ver un resumen del fin de semana que pasamos.

Roadtrip a Euskadi II.

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